
Entre Caderechas y Valdivielso por la calzada del Almiñé
Distancia: 42 km
Desnivel: 1180 m
Tiempo: 3h 30min
Dificultad: Dificil
Tipo de recorrido: Circular
Señalización: No
Recorrido interesante que discurre por la zona alta del valle atravesando el páramo para dirigirnos al valle vecino, Valdivielso. Para ello, en primer lugar deberemos ascender hasta el páramo y atravesar este solitario y salvaje paraje. Después, bajaremos hasta Toba de Valdivielso por un precioso sendero entre encinas que hará las delicias de los más atrevidos bajando. Una vez abajo, el río Ebro nos acompañará unos kilómetros antes de llegar al Almiñe e iniciar la exigente subida por la calzada, la que nos llevará hasta la ermita de la Hoz y su aljibe. A la vuelta, visitaremos la ermita de Santa Marina, con su espectacular vista hacia las Caderechas.
Sin lugar a dudas, una ruta muy recomendable. Si podéis hacerla en primavera, mejor que mejor, ya que todos los cultivos están verdes y abundan las flores silvestres. No es raro encontrarnos con corzos, perdices y codornices o ver sobrevolar algún que otro buitre.
Dejamos el coche en Madrid de Caderechas, y nos dirigimos hasta Huéspeda por carretera (1 km). Cruzamos Huéspeda hasta el final del pueblo, donde abandonaremos el asfalto para coger una ancha pista. Desde aquí tendremos una buena panorámica del pueblo y de toda la sierra que continúa hasta el repetidor del pico Tablones. Continuamos hasta coger a la derecha una pista con pendiente pronunciada que tendremos que pelear durante 3 km. Una vez arriba, las numerosas pistas nos llevarán sin mucho esfuerzo hasta el inicio del encinar donde da comienzo el descenso hasta Toba de Valdivielso. En este punto, enlazamos con el sendero PR-BU 185, que acompañaremos durante los próximos 15 km. Una vez abajo, cruzamos la carretera y cogemos un sendero que sigue bajando un poco hasta el río. El Ebro nos guiará hasta Santa Olalla y después, ya por el interior, hasta El Almiñé. Es recomendable parar un poco y coger fuerzas mientras vemos este cuidado pueblo.
Es aquí donde comienza la parte más dura del recorrido, que es la ascensión de nuevo al páramo, pero esta vez por la calza de El Almiñé. Es uno de los tramos de la conocida como Ruta de la Lana o Camino del Pescado, que unía los puertos del Cantábrico con la meseta castellana. Tendremos que hacer frente a la pendiente y a las piedras de la calzada, donde es habitual bajarse de la bici para salvar algún tramo. Es una subida exigente, que hay que estar en muy en forma para subirla entera montado.
Arriba llegamos a la ermita de la Hoz, donde nos encontraremos un gran rebaño de ovejas y un pequeño aljibe. Además, la ermita acoge una romería muy concurrida el primer domingo de julio. Es en este punto donde iniciaremos la vuelta hasta Huéspeda, circulando entre fincas de cereal y un pinar silvestre, acompañado de algunas vacas. Al final llegaremos, a la ermita de Santa Marina, situada al borde del cortado encima de Huéspeda. Un lugar precioso desde donde contemplar unas vistas maravillosas antes de bajar hasta el pueblo.